jueves, 12 de noviembre de 2009

Lealtad





Lealtad

Virtud a cultivar a lo largo de nuestra existencia.

Hermosa palabra, plena de por sí, llena de matices y aplicable a variados contextos cotidianos de nuestras vidas.

Las personas de bien consideramos imprescindible este valor en nuestra vida. Valor, actitud o predisposición, que orienta nuestro comportamiento.

Es en su concreción real, donde toma sentido.

De poco valen hermosas palabras cargadas de buenas intenciones leales, que se diluyen con el paso del tiempo o que se enturbian o llegan a oscurecer cuando se trasforman en su antónimo: la traición.

¿Quién no se ha sentido traicionado alguna vez en su vida?

¿Quién pierde más? ¿El que traiciona o el que es traicionado?

¿Se puede perdonar una traición?

Para todas estas preguntas, que imagino que alguna vez todos nos hemos hecho, no hay una única respuesta.

Todo depende del grado y los matices que hagamos a los conceptos de lealtad y de traición.

Para algunos un acto indiscreto que revele algún punto débil de nuestra personalidad, puede llegar a ser una traición perdonable. Para otros, el vulnerar la intimidad compartida de dos buenos amigos, o de la que fue tu pareja será imperdonable.

Todo dependerá de los límites que pongamos a ambos términos.

Y después de la traición, ¿Cómo nos sentimos? ¿Cómo continuar? Parece que nos quedamos cojos, que nos falta una muleta en la cual apoyarnos, especialmente si la traición procede de alguien a quien consideramos de forma incondicional.

Respecto a cómo seguir adelante, me imagino que dependerá de nuestra fortaleza emocional y de la calidad y no cantidad, de los apoyos emocionales.

Hoy he revisado y puesto a prueba una vez más, mi grado de lealtad. Sonrío, porque mis muletas afortunadamente no me han abandonado.

3 comentarios:

  1. jejejejeje, extraído de las conversaciones con Gurb, verdad, querida Mariaurita...

    Muaaaaaaaaaaaaaaaaa

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  2. Efectivamente, querido Watson.
    Besos

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  3. Oye soy Gurb, a ti no te cuesta pronunciar el nombre este que te has puesto de bloguera, mariaurita es un poco dificil, no crees? esto me recuerda a cuando pido coacola, que nunca lo pronuncio bien...

    En fin...

    Mua

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